lunes, 21 de junio de 2010

Carlos Monsiváis Aceves (Ciudad de México, 4 de mayo de 1938 - Ciudad de México, 19 de junio de 2010) fue uno de los escritores más importantes del México contemporáneo. Su capacidad crítica, su estatura intelectual y su peculiaridad estilística lo convirtieron en una de las voces más reconocibles del panorama cultural hispánico. De igual modo, su omnipresencia en múltiples foros (revistas, mesas redondas, programas de radio y televisión, periódicos, coloquios, museos, películas, antologías, prólogos, etc.) lo hizo una celebridad y uno de los personajes fundamentales de la ciudad de México. El escritor Adolfo Castañón, en su ensayo "Un hombre llamado ciudad", lo considera «el último escritor público en México», en el sentido en que "no sólo cualquier mexicano lo ha escuchado o leído, sino que todos pueden reconocerlo en la calle".

Amor a los animales: los gatos

Fue célebre el cariño de Carlos Monsiváis por los gatos: en su casa vivían con él un total de trece gatos. Los médicos que lo atendieron confirmaron que su enfermedad (la fibrosis pulmonar) no tuvo nada que ver con el hecho de que conviviera con tantas mascotas. Creó, junto con Claudia Vásquez Lozano, la organización civil Gatos Olvidados, que ella preside. Claudia Vásquez Lozano denunció que la familia del escritor dijo haber "dormido" a seis de los trece gatos, que haría lo mismo con los otros siete y que, en cambio, declaró a La Jornada que los felinos habían sido entregados a un albergue, sin especificar a cuál. Claudia Vásquez Lozano exigió a la familia del escritor que presente a los animales con vida, que los entregue en custodia a la organización y que respete su vida, como lo habría deseado el escritor. En la página aparece la lista con los nombres de los gatos que tuvo el escritor.

1 comentario:

  1. Hola Maira,
    Así es, se fue uno de los crónistas y escritores más importante de México, pero queda su obra a través de la cual podemos conocerlo y conocer a nuestro país.
    Es lamentable que en algunos medios estén culpando a sus gatos de la enfermedad que termino con su vida, porque él al igual que tu y yo compartimos ese amor por los felinos.
    Saludos,
    Paola Martínez González

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