
El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
Aunque la iglesia todabia no reconose este festividad.
Es una festividad mexicana y centroamericana, se celebra también en muchas comunidades de los Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. La Unesco ha declarado esta festividad Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.[1] El Día de Muertos es un día festejado también en el Brasil, como Dia dos Finados, aunque esta festividad no tiene las mismas raíces prehispánicas que la festividad mexicana.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
TRANFORMACIÓN DEL RITUAL
Cuando llegaron a América los españoles en el siglo XVI trajeron sus propias celebraciones del Día de Muertos cristianas y europeas, donde se recordaba a los muertos en el Día de Todos los Santos. Al convertir a los nativos del nuevo mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos.
ALTARES U OFRENDA.
En estos altares u ofrendas se colocan las cosas que al difunto le gustaban como lo eran sus comidas y sus bebidas preferidas que tanto le gustaban en vida.
Para poner una ofrenda se busca un lugar especial donde se coloca una mesa cubierta con un mantel bordado por los familiares o con el tradicional papel picado. Es muy importante colocar la fotografía de la persona difunta, a la que se le dedique la ofrenda. Pan, veladoras, incienso o copal, dulces, pollo en mole, tamales, calabaza enmielada, frutas, y por supuesto, flores de zempasúchil. Se puede agregar algo que represente lo que les gustaba en vida, como unos cigarros, si se trataba de alguien que gustara de fumar; o cualquier elemento alusivo a sus actividades, si fue fotógrafo se puede poner una cámara. Estos elementos van de acuerdo a la personalidad de aquel que supone venir a visitarnos.
Un día antes se les indica el camino con pétalos de flores para que puedan llegar al lugar específico en donde se les coloca la ofrenda, y se les llama con cuetes, como señal para que se acerquen y no se pierdan.
La puerta por donde entra el alma de los muertos es un arco, armado con varas de carrizo, y adornado con flores de zempasúchil que por lo general son de color amarillo, pero también hay de color violeta. Se agregan frutas de la estación y el tradicional pan de muerto, que en algunas regiones se elabora de diferentes figuras, ya sea de pequeños muñecos o de diferentes animales.
También se acostumbra poner un altar para los niños pequeños, éste debe incluir dulces, chocolates y pequeños tamales preparados especialmente para ellos. En estas ofrendas infantiles no se debe poner chile, pues les podría picar. Se acompaña de juguetes y en ocasiones se les coloca una cubeta con agua para que se den un baño y puedan comer muy limpiecitos.
El 2 de noviembre se visita el panteón, se adornan las tumbas. Acto seguido, se regresa a la casa en donde se encuentra la ofrenda, se realiza la "levantada de la ofrenda" y se toman alimentos en compañía de los familiares.
Los materiales comúnmente utilizados para hacer una ofrenda de muertos para el Día de Muertos tiene un significado, y son entre otros los siguientes:
- Retrato de la persona recordada: El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.
- Pintura o cromo de las Ánimas del Purgatorio: La imagen de las ánimas del purgatorio sirve para pedir la salida del purgatorio del alma del difunto por si acaso se encontrara ahí.
- Doce cirios: Aunque pueden ser menos, tienen que ser en pares, y preferiblemente de color morado, con coronas y flores de cera. Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo. Los cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa aparte de agua y sal.
- Flor de cempasúchil (o flor de cuatrocientos pétalos): Su color representa la luz como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las almas el rumbo por el cual se le guía a casa.
- Cruz de tierra: Para recordarle su fe, ya que el Miércoles de Ceniza se le dice la frase: "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás", con lo que se le recuerda que regresa a la tierra de la que salió.
Nace en Aguascalientes, el 2 de febrero de 1852.
Muere en la Ciudad de México el 20 de enero de 1913.
Fue considerado por Diego Rivera como el prototipo del artista del pueblo y su defensor más aguerrido.
Célebre por sus dibujos y grabados sobre la muerte y por ser un apasionado de dibujar caricatura política.
Desarrolló nuevas técnicas de impresión. Trabajó y fundó periódicos importantes. Consolidó la fiesta del día de los muertos, por sus interpretaciones de la vida cotidiana y actitudes del mexicano por medio de calaveras actuando como gente comúnLa Catrina fue creada por artistas mexicanos para hacer una representación metafórica de la alta clase social de México que vivìa antes de la Revolución Mexicana.
Posteriormente se hizo el símbolo oficial de la Muerte ya que en Mèxico se celebra el Dìa de los Muertos el 1 y 2 de noviembre en toda la Repùblica Mexicana.
El mexicano se burla de la muerte y juega co ella con cierta picardìa y respeto.
De acuerdo con el folclor mexicano, "La Catrina," mejor conocida como la Muerte y con muchos nombres màs, puede mostrarse de muchas formas.
Algunas veces se representa alegre, vestida de manera elaborada, con ganas de divertirse e incluso coqueta y seductora con los mortales. Otras, nos la encontramos "en los purititos huesos," lista para llevarnos cuando menos lo esperamos. Sin embargo, la relación que los mexicanos tienen con "La Catrina" se define por una serie de circunstancias íntimamente vinculadas con la historia y cultura de México, las tradiciones y costumbres de cada regiòn la consideran un huésped imprescindible en ocasiones importantes, como el Día de Todos Santos y el dìa de los Fieles Difuntos.
De acuerdo a esta tradición, se cree que la muerte y la memoria de nuestros fieles difuntos, nos da un sentido de identidad que arraiga nuestra cultura.
A La Catrina y a El Catrìn los asociamos también, paradójicamente, con el placer de vivir ante la inminencia de la muerte.
La Catrina, con su personalidad traviesa, ocurrente, simpàtica y coqueta nos invita a vivir con plenitud cada momento, y a través de las artes mayores y menores encontrar el sentido de la vida.
La doble identidad de La Catrina nos recuerda que la vida es aquí, ahora y eternamente.
Ahora les presentamos a los artistas que plasmaron la imagen de La Catrina en grabados que la han hecho inmortal.

